Y si supiera, al menos, dónde ha estado, pero él nunca habla. Calla siempre, a todas horas. Veinticuatro horas callado. Sólo me basta mirarle para saber que oculta algo. Pero no hay manera de sacarle una sola palabra.
Cuántas veces he soñado con cientos de diálogos como dos personas civilizadas que conviven desde el principio de los tiempos.
- Y de dónde dices que vienes.
- De devorarme por dentro. Vengo del mismísimo infierno. He intentado purgar todas mis culpas y ha sido imposible.
- Y qué tal la carretera a la vuelta.
- Como siempre repleta de locos, delincuentes, cómplices, y ovejas descarriadas que van camino del matadero sin saberlo.
- Interesante cariño. Te pondré la cena que debes estar agotado.
- Sí. Gracias.
Y sin embargo cada vez que intento iniciar una conversación se da vuelta y se marcha hacia ninguna parte.
El vecino del 4º
posdata: cada vez se necesita más tiempo para saborear los silencios y cuando los silencios no te llevan a ninguna parte qué importan los ruidos...
4 comentarios:
Hola vecino, hay veces que es mejor no decir nada, las respuestas pueden ser dolorosas por lo que se lee entre lineas...
Saludos amiguete
eMe (el artista antes conocido como Milú) xd
Hay silencios que matan... Aunque conversaciones como la que has plasmado aquí...no ddejan muy buen cuerpo...jeje Abrazos.
Emeeeeeeeeeeeee...saludos...me alegro de verte por aki...
espero que todo te vaya biennnnnnn... un abrazo...me parece bien el cambio de nombre...espero acostumbrarme...
el vecino del 4º
Un abrazo Marcos me alegro de verte por aki, pasé por tu blog y me encantó descubrir a un músico del que hablabas...no recuerdo su nombre pero me encantó...continuaba la estela del gran Frank Sinatra...en fin
saludos y gracias por la visita...
el vecino del 4º
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